jueves, 20 de diciembre de 2007

Mascarilla casera

Tritura algunas frutas o verduras del tiempo (fresas, tomates, pepinos, manzanas, uvas, plátanos…). Mézclalas con el gel de aloe y esparce la pasta resultante sobre la piel, masajea con suavidad y déjala hasta que las frutas vayan perdiendo humedad. Esta mascarilla inundará tu piel de vitaminas, activará la circulación sanguínea y te dejará un cutis luminoso.

Notarás inmediatamente la efectividad de estos cosméticos naturales gracias a que el aloe penetra en las tres capas de la piel: epidermis, dermis e hipodermis; aportando un gran caudal de nutrientes que la regeneran y la sanean, y expulsando las bacterias y los depósitos de grasa que obstruyen los poros. Por otro lado la acción de los nutrientes naturales, los minerales, las vitaminas, los aminoácidos…, estimulan la reproducción de nuevas células. Estos principios activos se encuentran biológicamente equilibrados por la presencia de sustancias complementarias (polisacáridos, antraquinonas, saponinas…,) que van a potenciarse mutuamente sin acumularse en el organismo.

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